Prácticas empresariales de acción social rentables ¿Difícil o costoso?

Si tus acciones inspiran a los demás a soñar, aprender y hacer más; eres un líder. John Quincy Adams

 

Actualmente las empresas se han percatado de que el éxito no depende solamente de las ganancias económicas, sino que se requiere contribuir con todos los que participan en ella para hacerlas competitivas. Para lograrlo se deben emprender acciones de Responsabilidad Social Empresarial (RSE).

Primero, es importante que una empresa tenga considerada su marca social. El desarrollarla se caracteriza por impulsar actividades con la comunidad y el interés compartido para mejorar la vida internamente de la empresa y externamente a través de acciones llamadas “buenas prácticas”.

¿Qué son las buenas prácticas de RSE?

Una mejor práctica de Responsabilidad Social Empresarial es una acción, proyecto, programa o proceso que, en atención a una expectativa de un grupo de relación y preferentemente en congruencia con una política de la compañía, ha generado la resolución de un problema, la superación de una deficiencia, el mejoramiento de un proceso, el cambio de cultura organizacional y, además, contribuye a implantar de manera transversal en la empresa y la sociedad. La buena práctica puede ser desarrollada en algún ámbito de la gestión de la organización y sus resultados deben ser mensurables, innovadores, sostenibles y replicables.

Características básicas de la práctica:

  • Responder a una necesidad del negocio y atender las expectativas de al menos uno de sus grupos de interés (accionistas, empleados, comunidad, medio ambiente, proveedores, clientes, etc.).
  • Atender a un área de oportunidad para promover la RSE en la gestión del negocio.
  • Estar vinculada con alguna política de la empresa.
  • Haber sido implementadas por lo menos un año antes de su postulación.
  • Contar con herramientas de evaluación de impacto y tener un método de seguimiento.
  • Ser original y replicable.

 

Uno de los retos de la rentabilidad es el enfoque y la medición, para conseguirlo les mostramos las siguientes herramientas:

  1. El impacto ambiental, costos, multas y ahorro en ellos.
  2. El impacto social, licencia social, ventas con causa, sinergia con Gobierno y grupos de interés.
  3. El impacto económico, medición de las actividades en horas de acción y beneficios económicos que regresan a través de estas acciones.
  4. Impacto internacional, contribución de la empresa con algún objetivo de Naciones Unidas, norma internacional o la comunidad.
  5. Impacto de la gobernanza en la empresa. La empresa y los colaboradores se involucran a las acciones de buenas prácticas. Los colaboradores van asumiendo y participando en las actividades sociales.
  6. Ajustar y mejorar la medición de estos impactos.

Conclusión

El obtener buenos resultados de las buenas prácticas se relacionan con la empresa y los grupos de interés, su principal objetivo es “hacer el bien” a través de su mejora continua se logra el crecimiento con la participación de los colaboradores de la empresa. Un impacto, el más importante sería cuidar el planeta en el que habitamos y se logra al hacerlo rentable con estos seis impactos antes mencionados, al ponerlos en acción y medir los resultados, obtendremos la rentabilidad económica social que ocupamos, queremos o deseamos para hacerla escalable cada vez más.

 

 

 

Por: Dr. Francisco Suárez Hernández. Director de Asuntos Públicos y Relaciones Estratégicas FEMSA y Asuntos Corporativos Negocios Estratégicos y División Salud. Ex Presidente del Consejo del World Environment Center.

Correo electrónico: francisco.suarezh@gmail.com

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