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EMPATIA. RESPETO. MOTIVACIÓN. COMUNICACIÓN. INTELIGENCIA EMOCIONAL.
Son solo algunas palabras que definen a un buen líder, pero ¿por qué es importante el desarrollo de nuestras competencias para el liderazgo?
En mi experiencia, cuando llegamos a un nivel de liderazgo, nos volvemos de manera automática ya sea, en un referente, una inspiración, un ejemplo a seguir o bien; en la persona más rechazada, criticada y odiada. De igual manera de un momento a otro podemos pasar de ser un elemento confiable a uno detestable. Para mí, todo dependerá de nuestros comportamientos y de la
percepción que logremos crear.
Como muchos de los lectores saben, muchas veces el líder (en cualquier área de la organización), no será experto en absolutamente todos los procesos de los cuáles es responsable. Tendrá siempre gente versada y especializada en éstos. Sin embargo, deberá trabajar mucho en la manera de dirigir y transmitir los mensajes a sus colaboradores para que las cosas “sucedan” y se refleje en la productividad y sostenibilidad de la empresa. Estos mensajes para que sean eficaces deberán ser
claros, dirigidos y medibles, entre otros factores.
El líder, además de saber transmitir mensajes burdos, deberá aprender a transmitir mensajes sutiles, que solo se logran con el lenguaje corporal, el tono de voz, la manera de reaccionar frente a los problemas y frente a las actitudes de los demás.
La función del líder no es fácil, estamos en todo momento en el escrutinio de los demás; de manera transversal en la organización. Todos te observan. Muchos de apoyarán, pero la mayoría de criticará y por eso es necesario poner atención en los detalles y recalcar “la diferencia” y aquello que te hace ser UN EXTRAORDINARIO LIDER.
La carga social te dice que cuando llegas una posición de liderazgo, se “asume” que sabes cómo te desempeñarás en esta posición. Pareciera que LIDERAZGO = transmisión exclusiva de CONOCIMIENTOS TÉCNICOS, pero no es así, ¿de dónde se obtiene el aprendizaje para transmitir seguridad y confianza al equipo?, ¿cómo logras desarrollar la templanza, la empatía, el trabajo en equipo, la escucha activa, la crítica constructiva?
En este mundo globalizado, no es suficiente con coleccionar títulos, maestrías y certificaciones; es necesario aprender a moverse en la organización. Atraer proyectos, crear percepciones correctas que hablen de ti y de TU EQUIPO.
Tristemente, muchas personas se quedarán en la misma posición eternamente porque son extraordinarios ejecutores, pero no saben cómo resaltar sus habilidades de liderazgo; y otras personas que, a pesar de ser excelentes líderes pensarán que aún les falta mucho conocimiento técnico y que no son merecedores de la posición. En fin, que se vuelve como la víbora que muerde
su propia cola...
Tanto las habilidades técnicas como las blandas son importantes y ambas las tenemos que aprender a desarrollar. Las técnicas las aprenderás en las aulas y las blandas las aprenderás en la práctica: en las relaciones estratégicas que llegues a crear (ya sean constructivas o destructivas), en la comunicación que tengas, en el desarrollo de la persuasión, la creatividad y la ética y de todo esto dependerá tu crecimiento dentro de la empresa y la de tu equipo.
Tener experiencias vivenciales es indispensable e indiscutible, pero seguramente te llevará mucho tiempo aprender de “la prueba y el error”. Si quieres ahorrarte tiempo, busca un mentor que te acorte el camino, que te acompañe, que te explique esa “lectura” que solo conoce el que ya la vivió; así mismo, ese mentor también podrá ayudarte a desarrollar a tus colegas.
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