COLUMNA

sentido (1)

Sustentabilidad enriquecedora

La sustentabilidad tiene que ver con lo que hacemos y con cómo hacemos lo que hacemos por lo tanto lo primero que tenemos que tener en cuenta es que ser sustentables no requiere que dejemos de hacer lo que hacemos.

Para dejar de hacer lo que hacemos se deben dar algunas condiciones; la primera es que estemos dañando o perjudicando a alguien, en ese caso lo correcto es dejar de hacer lo que hacemos inmediatamente para disculparnos -si es que hay margen para hacerlo-, compensar el daño y pagar por nuestro error.

Queda claro que no podremos retomar lo que hacíamos en el caso anterior ya que la única compensación válida es la que ocurre cuando se interrumpe una acción que presentaba consecuencias no deseadas por ser inaceptable continuar causando daños o perjuicios a terceros por más compensación que se les ofrezca.

La generación que tenía arraigada la lógica de que por un lado se gana y por el otro se pierde es una generación que está siendo reemplazada por los millennials [aquellas personas nacidas entre los años 1980 y 2000] quienes, razonablemente consideran que las recompensas no dependen del esfuerzo y el sufrimiento sino que son logros del talento aplicado por lo que -por ejemplo- no aceptan un trabajo donde tengan que soportar condiciones que consideran inmerecidas.

Quien crea que para obtener valor debe perder parte de los suyos no solo no es millennial sino que cada día se acerca más a una categoría en franca extinción.

Obtener un sueldo no implica aceptar los caprichos de un jefe como tampoco disfrutar del objeto deseado amerita aceptar que para producirlo se hayan perjudicado a otras personas o a la naturaleza.

¿Por qué alguien tiene que perder para que otro gane? Es una pregunta que encuentra cada vez menos argumentos simplemente porque es, como pregunta, insostenible.

El progreso del mundo, y finalmente el ingreso al tercer milenio que comienza a ser real, la descalifican sin chances.

Cuestión de sentido

Si dejamos de hacer lo que hacemos, sin que haciéndolo perjudiquemos a nadie, será debido a que no genere valor.

Si lo que hacemos no genera valor, tanto para nosotros como para la comunidad, habrá llegado el tiempo en que debamos dejar de hacerlo.

Si no nos enriquece lo que hacemos no tiene sentido hacerlo porque la búsqueda de riqueza le da sentido a nuestras vidas.

Enriquecernos de forma sustentable es quizás la búsqueda más elevada que podemos fijar para nuestras vidas.

En contra de lo que presuponen quienes miran al mundo detrás de los prejuicios del milenio anterior, el enriquecimiento es sustentable porque tiene que ver con valores entre los que -por supuesto- está el dinero pero de ninguna forma es el único valor a considerar.

Si no nos enriquecemos en simultáneo con nuestra comunidad es porque en algún punto estamos abusando, tomando lo que no nos pertenece y nos terminará perjudicando.

Enriquecernos en valores, el que sea más apropiado para cada uno de nosotros en función del rol que desempeñemos en cada caso y de las circunstancias, con el enriquecimiento de la comunidad de la que formamos parte le brinda sentido a nuestras vidas y nos transforma en sustentables haciendo que lo que hagamos sea sostenible.

Fernando Solari

Esta es mi opinión, pero estamos en una comunidad que se enriquece con el diálogo, y aquí abajo tenemos un cuadro de diálogo abierto para intercambiar ideas, ¿te sumás? ¿Compartís tu opinión? ¿Tu punto de vista? ¡Gracias por adelantado! Abrazo

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