COLUMNA

enriquecimiento (2)

Sustentabilidad productora

Gestionar en forma sustentable permite alcanzar resultados superadores, en mucho, a los que estamos acostumbrados a obtener.

Desde el momento en que la sustentabilidad depende de que consideremos a la persona y al planeta -tanto como lo hacemos con la búsqueda de ganancias- partimos de asegurar que los logros que obtengamos serán abarcadores.

¿Hay espacio para considerar ganancias si tenemos en cuenta a la persona y al planeta?, es una pregunta válida para aquellos que no han incorporado la mirada de la sustentabilidad ni conocen de sus beneficios.

Esta pregunta requiere de comprender que hay dos modelos todavía en convivencia; uno que considera ganancia a lo que se le quita a otro, solo gano obteniendo el máximo posible y si tengo que reponer algo de lo que requiere mi toma de ganancia lo considero pérdida.

Así es como hay empresas -y claramente personas que son las que las componen y dirigen- que tienen personal bajo regímenes de explotación -o lo más cercano posible para evitar pérdidas-, que toman del medio ambiente lo que requiere su negocio sin considerar su reposición o que contaminan porque su foco está en su negocio -y en hacerlo rentable- y de los temas de medioambiente y otras cuestiones menores -para ellos- consideran que habrá quien se ocupe.

Esas personas no son empresarias, son abusadoras; y las consecuencias del daño que hacen las pagan ellas -lo reconozcan o no- y sus familias a las que no pueden impedir que vivan en una comunidad compartida con el único medioambiente disponible.

Hay otro modelo que considera que se puede ganar, y mucho, generando valor; de forma tal que las ganancias se incrementen a lo largo del tiempo y reciban beneficios desde los diferentes roles que llevan adelante dentro de la comunidad.

Esto ocurre por la capacidad productora que tiene la sustentabilidad, que no se limita a los bienes y los servicios sino que se enfoca en valores, superiores a todo otro beneficio alcanzable.

Valor producido

La sustentabilidad es productora de bienes y servicios con una mirada opuesta a la que termina en la obsolescencia programada ya que se enfoca en producir a partir de lo disponible y diseñar nuevos usos para que el rendimiento sea superior al esperado por quien utilice consideraciones convencionales.

La sustentabilidad produce bienestar cuyos resultados se elevan cada vez más; las personas que trabajan satisfechas -quienes encuentran la oportunidad de desarrollar y aplicar sus talentos- son aquellas que no encuentran límites y que obtienen resultados sobresalientes cuyos beneficios disfrutan junto con la comunidad para encontrar entonces un nuevo estímulo para superarse.

La sustentabilidad produce un clima favorable para que el aporte de la naturaleza ocurra en todo su esplendor y las condiciones estén dadas para que suceda lo mejor que se puede esperar.

Enriquecimiento es el resultado de aquellos que aplican la sustentabilidad tanto como el de aquellos que comparten la comunidad y el planeta ya que la producción de valor es ilimitada, progresiva y se multiplica al tiempo en que se expande.

Los beneficios de la sustentabilidad no son compartidos por no ser necesario que nadie ceda lo que necesita ni lo que persigue, cuando el enriquecimiento se produce en valores es posible que todos ganen tanto como se propongan debido a que los valores con los que se enriquece cada actor son diferentes.

Si todos queremos lo mismo el resultado será empobrecedor para la mayoría y el conflicto generado será creciente; a diferencia de lo que ocurre con la sustentabilidad que genera valores y el enriquecimiento es simultáneo.

Fernando Solari

Esta es mi opinión, pero estamos en una comunidad que se enriquece con el diálogo, y aquí abajo tenemos un cuadro de diálogo abierto para intercambiar ideas, ¿te sumás? ¿Compartís tu opinión? ¿Tu punto de vista? ¡Gracias por adelantado! Abrazo

Leer más…

Sustentabilidad gradual

La sustentabilidad, en mayor o menor medida, en distintas versiones y en diferentes graduaciones, se termina imponiendo como parte de la actividad empresarial para acercarse al punto en que su aporte de valor enriquezca tanto a la comunidad como a la empresa que la lleva a cabo.

En ese avanzar a favor de la comunidad -y de nuestro negocio- a través de la sustentabilidad vamos pasando etapas lógicas y razonables que deben implicar un crecimiento para validarlas teniendo por primer punto la identificación del valor generado y de su cobertura.

Si con lo que hacemos a favor de la comunidad no generamos valor, por menor que este sea, estamos haciendo algo que suponemos tiene que ver con la sustentabilidad medido según nuestro criterio; y la sustentabilidad si algo ha logrado a lo largo de su evolución es un acuerdo conceptual vinculado con su aporte y con su alcance.

Sustentabilidad implica, en primer lugar, generar valor teniendo en cuenta que valor no equivale necesariamente a dinero sino que lo incluye integrando otros muchos valores básicos y fundamentales que en muchos casos son necesarios para ganar dinero.

En segundo lugar el acuerdo alcanzado en relación con la sustentabilidad es aquel que tiene que ver con la necesidad de medir lo que hacemos con una triple vara; la económica se mantiene porque sigue siendo ineludible pero debe ser compartida con los resultados sociales y ambientales que generamos.

En especial en el ámbito empresario si bien no podemos dejar de ganar dinero lo que no podemos es hacerlo a costa de generar pérdidas en el terreno social o ambiental.

Evitar pérdidas -o daños- sociales o ambientales como consecuencia de nuestra ganancia económica no es más que la puerta de ingreso a la sustentabilidad ya que su aporte diferencial y competitivo tiene que ver con cuanto valor aportemos en esos terrenos.

Poco, pero eficiente

Puestos a trabajar en el terreno de la sustentabilidad lo razonable es hacerlo en forma gradual sin que esto signifique que nos quedemos con buenas intenciones sin alcanzar resultados.

Si bien la actitud es determinante, cuando lo hacemos para cumplir -o porque el resto del mercado lo hace- nos limitamos a la buena voluntad con la impresión de que participamos sumando nuestro aporte.

Así es como los mails corporativos siguen incluyendo mensajes que alertan sobre los efectos negativos en caso de imprimir el mensaje, que transmiten culpa por anticipado y que exigen sea analizada la necesidad antes de cometer la imprudencia.

A la tendencia se suman los cajeros automáticos que alertan sobre el daño que causa el consumo de papel al medioambiente mientras ofrecen la opción de imprimir o no el ticket con la operación realizada entregando su responsabilidad a manos del cliente.

Las empresas que organizan un sorteo entre aquellos clientes sensibles y responsable que decidan dejar de recibir facturas en papel facilitando la labor de la empresa, su gestión de costos y su involucramiento sustentable.

Las cadenas que proponen dejar la incomodidad del cambio chico para que la empresa done el resultado en una acción donde quienes financian su supuesta sustentabilidad no entran en la foto.

Las acciones se repiten con variables pero con la transmisión de culpa siempre presente y destinada a movilizar al otro para cumplir con metas internas que de hecho se documentan prolijamente en los reportes de sustentabilidad.

La sustentabilidad es gradual, sin dudas, pero para que así sea tiene que comenzar con la orientación apropiada y la variación estará en su intensidad que se incrementará a medida que avancemos, aprendamos y mejoremos la forma de aplicarla.

Fernando Solari

Esta es mi opinión, pero estamos en una comunidad que se enriquece con el diálogo, y aquí abajo tenemos un cuadro de diálogo abierto para intercambiar ideas, ¿te sumás? ¿Compartís tu opinión? ¿Tu punto de vista? ¡Gracias por adelantado! Abrazo

Leer más…